Partirse el alma
en los pedazos de viento
y en cada hoja
que cae
y se entrega al suelo,
a la muerte anunciada.
Partirse, ahí, en lo efímero
en los minutos juntos
en las cenizas, en la primavera
en nuestros cuerpos.
Y que el dolor sea una caricia;
y que el placer también sea tu ausencia.
Partir, romperse,
mutilarse el boleto de los dias.
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